La farmacia se encuentra en un proceso de reconversión, en la que como en muchas otras industrias ha de expandir sus horizontes comerciales e introducir otro tipo de servicios complementarios que hagan que se distingan de todo lo demás. Las nuevas leyes hacen que sea especialmente necesario el crear un nuevo concepto, que haga precisamente eso. 

 El diseño que aquí se describe nace de esta idea, la de conseguir una imagen innovadora, pero a la vez calida, mediante el uso de materiales como la madera e iluminación calida en contraste con el vidrio, metacrilato, y tecnología. Se pretende explotar al máximo la exposición del producto, pero sin crear un ambiente claustrofóbico, para esto las vitrinas y estanterías son sin fondo, para dejar pasar la luz, y a la vez crear un espacio limpio y transparente. La fachada además de dejar entrar la luz a todo el local, se convierte en un faro en el barrio, un punto de referencia por su imagen. Al no tener que recurrir a recubrimientos pétreos, el uso de vinilos y metacrilatos, hace que el costo sea inferior además del impacto visual que crean.  Hemos convertido a tipica banderola en una fachada de casi 20m

 Al entrar, el cliente pasea por la farmacia, y en pocos pasos descubre todo lo que la farmacia le puede ofrecer, pasillos de productos farmacéuticos combinados con zonas con productos estéticos con atención personalizada. La olvidada bascula se convierte un espacio anexo para poder realizarse un chequeo de salud básico, lo que fideliza al cliente. El mostrador de caja esta pensado para que la pantallas que contienen anuncios de las marcas  patrocinadoras, hagan que el cliente no se aburra mientras espera en la cola.  La espera nunca será larga, ya que un robot detrás del mostrador, recoge la el producto mientras el cliente lo ve a través de un cristal; además de ser rápido, y eficiente, se convierte en un reclamo en el barrio.  Dicho elementos así como la funcionalidad hacen que la experiencia del cliente se vea transformada.